jueves, 18 de marzo de 2010

Capitulo 29 (y último)







Ramiro  está muy aturdido. Nunca pensó que la mujer que más macho lo ha hecho sentir sea un hombre. Le cuesta creer que esa bebita que no pudo sentir como suya sea hija de su primo. Le duele la mirada de Mercedes. Le conmueve la intensidad de su amor...


Días después... Mercedes está encerrada en una celda de la cárcel de mujeres. Golpeada ya que las otras presas la han tomado con ella pues saben que antes tuvo cuerpo de hombre. Nadie la ha ido a ver. Está olvidada de todos. Le dicen que tiene una visita y en el fondo desea que sea Ramiro . Es Olivia. A Mercedes le sorprende verla. Olivia solo le quiere decir que ya tiene a su hija y hacerle sentir su odio. Le gusta verla golpeada.

--veo que te tratan como merecen... 

Olivia le manifiesta a Mercedes su odio y sus ganas de acabar con ella.

--me das pena... ojalá no salgas nunca de la cárcel...

Emilia vuelve a su celda y llora, llora. Tiene escondida bajo el colchón esa fotografía que era de Manuela que pudo meter entre sus cosas. El recuerdo de la anciana, el amor de Ramiro  la mantienen en pie aunque siente que sólo tiene un hilo de vida.

--te equivocaste... Ramiro  no es para mí... --dice llorando.

Le duele pensar que tal vez la anciana no la quiere como hombre y que no la apoye, a veces piensa que sí, que Manuela siempre la apoyará desde el cielo y cuando se hunde pues el recuerdo de la señora Manuela hace que se levante. 


Una semana después tiene otra visita. No quiere ver a nadie pero es una manera de alejarse un poco de las presas. Es Ramiro. Mercedes lo mira destruida. A él le duele ver tan hundida.

--tu? ¿has venido a insultar? –le reclama a la defensiva.

Ramiro  la mira triste:

--no he venido para apoyarte... Yo... siento cosas yo...

Ni el mismo Ramiro puede dar crédito a lo que está diciendo pero deja hablar su corazón. Mercedes no cree en las palabras de ese chico que la hizo enloquecer. Ramiro  quiere acariciarla pero Mercedes se levanta:

--¡¡no...¡ ¡¡no quiero tu lástima¡

Ramiro  está desconcertado por la actitud de Mercedes. Ella lo rechaza, no quiere hablar con él . Se levanta para irse. Ramiro le suplica.

--no te vayas... déjame ser tu amigo... No te pido nada más... No te ofrezco nada más...

A Mercedes le gusta la visita de Ramiro  pero no como la mira y aunque no es la pena lo que lo lleva hasta Mercedes sí siente pena por las terribles circunstancias en las que está. Mercedes lo mira dolida:

--Quiero cualquier cosa de ti menos tu odio o tu compasión…

Ramiro sonríe. Se muestra amable.

--Hiciste tanto por mí ¿no puedes ahora aceptar mi amistad? ¿Creer en mí? No es fácil para mí reconocer que me pasan cosas por alguien que un día tuvo pene pero yo quiero hacer el esfuerzo. ¿Tú no? ¿ya no me quieres?

Ramiro extiende su mano. Mercedes se la agarra. Él la abraza afectuoso.

--No sé que quiero de ti pero… ¡déjame averiguarlo¡ --dice él.

Mercedes no dice nada. Sólo disfruta de la presencia del amor de su vida.


Casi dos años es el tiempo en que Mercedes pasa en la cárcel. No puede creer cuando al fin las puertas se abren para ella. El suelo, el sol. El aire. Aunque no se siente feliz del todo. Está sola. Tiene que volver a empezar y no sabe como. En la puerta la espera Ramiro  con una rosa y una sonrisa. Aunque él no ha dejado de visitarla Mercedes está segura que era por pena y no esperaba verlo ahora que es libre. Con dulzura Ramiro  le entrega la rosa y le pregunta:

--¿ahora sí me aceptarás en tu vida?

--pero porque? --pregunta Mercedes desconcertada.

Ramiro  sonríe con ternura:

--Porque me enamoré de ti... porqué no me importa nada...

Mercedes soñó tanto ese momento que no puede creerlo:

--no hablas en serio --le dice perpleja.

Él sonríe y le pregunta:

--es que ya no me amas...

Mercedes lo mira enamorada y dice:

--eres mi vida... te amaré todos los días de mi vida...

--¿y entonces?

--¿amarme tú a mí? ¿como? --Mercedes que no sale de su asombro.

--y tú porque me amas? --le pregunta Ramiro  con ternura.

--bueno... yo... --balbucea.

Ramiro  le sonríe. Le pone las dos manos en las mejillas:

--el amor es así. No hay que darle vueltas.

Los dos se miran fijamente.

--te amo, Mercedes. Y esto no se lo dije a nadie.

Mercedes lo abraza llorando:

--mi amor... mi sueño...

Ramiro  la acaricia con mucho cariño:

--gracias por amarme de esta manera tan loca...

--¿tú me das las gracias a mí? --Mercedes sorprendida.

A Ramiro  le emociona mucho la cara de sorpresa de ella. Le agarra la bolsa y van hacia el auto.

--espero que quieras venir conmigo... Yo sigo viviendo en la casa okupa... No sé si quieras seguir mi estilo de vida...

Mercedes lo mira enamorada:

--te seguiré siempre...

Ramiro  le guiña el ojo. Los dos entran en el auto. Están felices. Antes de arrancar Ramiro  le dice:

--no tendremos un cuarto para los dos... habrá más gente... nos mirarán feo...

--si a ti no te importa... a mi tampoco...

Ramiro  la mira complacido. Empieza a arrancar el auto. Los dos se miran un largo rato en silencio. Luego ella le dice:

--y Germán...?

--que pasa con él? Nunca me preguntaste por él –Ramiro.

--siempre quise hacerlo... nunca me atreví.

--está con Olivia... Ella lo perdonó, él aprendió a quererla... Tuvieron un Germancito... 

--¿ves a Manuelita? --con un fondo amargo pues es la hija que Ramiro  que jamás podrá tener.

--Se llama Olivia... le cambiaron el nombre...

Mercedes triste. Ramiro  le acaricia la mano y le sonríe:

--para nosotros será Manuelita... algún día le diremos que fuimos sus primeros padres...

--crees que podamos verla...?

--no creo...Almenos no por ahora.

A Mercedes le da pena pero Ramiro  se muestra optimista.

--¿estás seguro que quieres estar conmigo?

--si claro... ¿y tú? --pregunta Ramiro  con una sonrisa.

--Yo si pero ¿y tu en serio estás dispuesto a no tener un hijo?

--y quien ha dicho que no tendré un hijos --dice él dulcemente.

--yo no podré dártelo... --triste.

Mientras conduce él le va acariciando amorosamente:

--claro que sí, no te he pedido matrimonio ni pienso en ello... no necesito un papel para amarte y si algún día quiero ser papá hay por el mundo millones de niños a los que querer, a los  que elegir como nuestros...

Mercedes, al se aceptada por el amor de su vida, se da cuenta de la grandeza de él y no lo quiere lastimar:

--no quiero hacerte daño...

él la mira enamorado:

--pues no me hagas pensar... el futuro... ¿quien lo sabe?

Ramiro  conduce el auto mientras se regalan miradas  llenas de felicidad, amor y pasión.


3 años después… Mercedes y Ramiro han construido un hogar feliz. Viven en un apartamento de una manera sencilla pero son felices y no viven solos. Mercedes contempla enamorada al hombre. No hay día que no dé gracias al cielo por haberle hecho el mayor de los regalos. Siempre tiene un pensamiento para Manuela. Está convencida que la anciana desde el cielo hizo posible ese milagro. Ramiro es un papá feliz. Él y Mercedes han adoptado a una pequeña negrita. Ramiro la enseña a decir su primera palabra:

--papá… di papá…

Luego le enseña a decir mamá. Mercedes y Ramiro se miran con mucho cariño, con mucha complicidad. Ella abraza a Ramiro por la espalda. Besa a su hombre, besa a su hija con mucho cariño. La felicidad reina en cada rincón de ese hogar.

FIN.




capitulo 28



 



A Mercedes le duele la mirada de horror de Ramiro . Los chicos no entienden nada. En ese momento rompe a llorar la bebita.

--¿y esa bebita? --preguntando Jordi dándose cuenta que Mercedes tiene un biberón en las manos.

Ramiro  está demasiado sorprendido como para decir algo. Germán es el que dice:

--Es Manuelita, la hija de Mercedes y Ramiro ...

Jordi se echa a reír.

--Emilio ¿¿que cuento es esto?

Ramiro  se acerca a Mercedes. Mira a Jordi:

--¿¡es que te volviste loco?¡

Carlos también le pregunta lo mismo a Jordi.

--¿¿es que no saben que él es en realidad un hombre?

Todos creerían que Jordi enloqueció de no ser por el rostro pálido de Mercedes. La tensión se puede contar con un cuchillo. Jordi va hablando:

--Yo fui el primer hombre en la vida de Emilio... Él se quería hacer una operación de cambio de sexo pero yo no quería... finalmente me dejó para ser mujer...

--Eso no es cierto --dice Germán.

Ramiro  no está seguro. Mira a Mercedes a los ojos y le pregunta:

--¿tú quien eres?

Mercedes se da cuenta que no tiene sentido negar la evidencia. Ha caído desde lo más alto, cuando más feliz era y como duele la caída. Está totalmente destruida.

--Siempre me sentí mujer aunque estuviera encerrada en el cuerpo de un hombre...soy aquel tipo al que tú enfrentaste en el lavabo... porque te miraba... ¿te acuerdas? En el centro de internet...

Ramiro  se lleva las manos a la cabeza desesperado. Germán está perplejo. Él se acerca a la cunita y mira a la pequeña. No dice nada pero no entiende lo que pasa. Víctor  no puede creer que esa mujer que traía locos a todos fuera en realidad un hombre. Jordi siente pena de Emilio. Ahora le duele haberlo desenmascarado. Ahora que ve que le ha arruinado la vida. Ramiro  escucha boquiabierto. Emilio sigue hablando:

--Ese día que hablamos y tú me rechazaste tomé la decisión de mi vida, me iba a convertir en mujer... Estaba enamorada de ti y cuando vine a esta casa fue por ti... Fuiste el primero en hacerme una mujer completa... el único...

Ramiro  siente rabia aunque también pena.  Germán sale del cuarto con la bebita en brazos:

--¿y esta niña?

Mercedes acaricia a la pequeña y mira a Ramiro  enamorada:

--hice tanto por ti y no podía resignar a perderte...  Una mujer embarazada me puso la solución en las manos...

--¿te regalaron a esta niña? --Germán.

Mercedes sabe que ha perdido a Ramiro . Le duele el horror que ve en la cara de él...

--Esa mujer le hizo creer a su novio que abortó y huyó al campo... Yo... sentí a ese  bebé como mío... 

Mercedes agacha la cabeza, sabe que la van a juzgar mucho. No se atreve a mirar a los ojos a Ramiro :

--La madre creyó que su bebé murió...

Todos están horrorizados. Jordi mira a Mercedes con compasión.

--¡lo hice por amor a ti...¡ --grita Mercedes desesperada.

Ramiro  la está odiando y eso la desespera. Germán siente a esa pequeña como suya:

--No, esta historia no puede ser...

Mercedes mira a Germán:

--gracias por ayudarme... Estos tres meses han sido los más felices de mi vida...

Luego mira a Ramiro .

--sé que me vas a recordar con asco, con odio pero yo te recordaré como lo mejor de mi vida...

Ramiro  está horrorizado pero le conmueve el dolor de Mercedes. Ella mira a Germán:

--Manuelita es la hija de Olivia... Es tu hija...

Germán se ha quedado en shock. Ramiro  mira fijamente a Mercedes y con un desprecio que la lastima a ella grita:

--¡¡a las mujeres no se les puede pegar pero tú no eres una mujer...¡¡

y la tumba de un puñetazo. Víctor  trata que se calme. Ramiro  está como loco:

--¡¡esto por robarle la hija a mi primo...¡

Germán no dice nada. Se ha quedado conmocionado mirando a la pequeña. Mercedes desde el piso llorando, humillada... nadie la ayuda. Le duele la mirada de odio de Ramiro . Es él quien desde su celular llama a la policía:

--quiero denunciar un robo de bebé…

Eso es lo que más le duele a Mercedes, que sea Ramiro  quien la entregue. Ramiro  se va corriendo sin mirar atrás. Se sienta en la cama. Siente un gran dolor en el alma. Víctor  se acerca a él. Se sienta a su lado. Ramiro  lo mira lloroso.

--te vas a reir de mí? --le pregunta Ramiro .

--no --Víctor  muy triste.

los dos amigos se abrazan. Ramiro  siente un nudo en el estómago.


La policía se lleva a Mercedes detenida, esposada. Jordi y Carlos la acompañan.

--yo en serio que lo siento... --le dice Jordi.

Pero Mercedes no le cree:

--te vengaste... te vengaste bien... --le reprocha Mercedes resignada

--yo no quería... --Jordi con culpa.

--es curioso... Los dos únicos hombres que he amado son los que he acabado conmigo... --dice Mercedes mientras el policia la mete en la patrulla.

A Mercedes le duele que Ramiro   no haya defendido pero la entiende, su vida ya no tiene sentido solo los recuerdos la reconfortan. Mientras deja esa casa cierra los ojos para no pensar en el presente, para pensar en un pasado bello, en los momentos que compartió con Ramiro  mientras soñó que eran una familia, que él era su esposo y que tenían una hija...


Ramiro  no se ha atrevido a ver la detención de Mercedes. Víctor  está a su lado. Los dos sentados en la cama.

--ya se la llevaron... ¿no vas a ayudarla? Creo que se pude hacer las cosas de otra manera --dice Víctor  con compasión.

Ramiro  mira a su amigo con los ojos enrojecidos del dolor y la rabia:
--¡es un hombre..¡¡

Víctor  le pone la mano a Ramiro  en el muslo fraternalmente. Le habla con sinceridad, como en realidad jamás habló pero le ha conmovido la historia de Emilio.

--deberías estar feliz de ver lo que una mujer hizo por ti, por amor... A mi nadie me quiso de esa manera. Le inspiraste tanto amor que hizo todo  más para estar contigo...

--es un hombre... --dice Ramiro  con un gran dolor.

--es una mujer y bien linda... todos te envidiábamos...

Ramiro  mira a Víctor  lloroso y le pregunta:
--¿estarías con una mujer que antes era hombre...?

--dime algo ¿estás enamorado de ella? 

Víctor  le habla con ternura. Ramiro  se levanta. Lo mira con rabia.

--¡¡claro que no...¡

--seguro...?

Le pregunta por cariño porque lo quiere ayudar. Ramiro  lo mira con lágrimas en los ojos y dice:

--no lo sé... 

Luego lo abraza llorando. Víctor  acaricia a su amigo mientras le dice:

--pues ve a por todas... Ayúdala. No la hundas más. Te ama como nunca nadie te podrá amar.

A Ramiro  le sorprende mucho que su amigo le hable de esa manera:

--qué dirá la gente...? creerán que soy maricón...

Víctor  le sonríe. Le habla siempre con mucho cariño:

--y desde cuando te importa lo que diga la gente?... ella tiene cuerpo de mujer... alma de mujer... ¡¿qué te importa el resto?¡

--se robó el hijo de mi primo... --susurra dolido.

Víctor  todo lo justifica por amor:

--deberías estar orgulloso de que una mujer hiciera tales locuras por ti... si la quieres no la dejes sola... No te digo que te cases con ella... pero dale una oportunidad, si crees que la puedes querer...





capitulo 27



Maria se queda de piedra cuando ve a Mercedes en la cocina. Se pone como loca.

--¿¿que haces tú aquí?

Mercedes se siente ganadora:

--he venido a quedarme... ¿no te dijeron? --dice con ironía.

--¡¡eso no puede ser... Ramiro  no te lo va a permitir...¡¡

Mercedes no se quiere pelear con ella. No quiere cometer el mismo error del pasado.

--ahora la que vas a salir eres tú...

María rabiando a buscar a su novio.

--¡¡Ramiro ... Ramiro ...¡

Desde abajo de las escaleras, Germán le hace señas a la chica:

--no grites... vas a despertar a mi sobrina...

Maria va bajando las escaleras. Se queda helada al ver a su novio con una bebita en brazos. Ramiro  la mira con cara de circunstancias.

--¿¡qué es esto?¡ --dice Maria.

Germán le va haciendo gestos de nuevo a María para que baje el tono mientras le dice:

--Es la hija de Ramiro  y Mercedes...

María se ha quedado en shock. Mercedes está detrás de María con una sonrisa, radiante y con el biberón. A Mercedes le emociona ver a su amado con la bebita. Ramiro  enseguida le da a la niña y Mercedes le da el biberón ante la mirada emocionada de Germán.  María se va llorando. Ramiro  se va detrás de ella. Aunque a Mercedes le da rabia, Germán la calma:

--esa niña se va... cuando acabes de dar el biberón de la bebita te instalas en el cuarto... --dice él mirando las dos bolsas que trajo la mujer.

María saca su maleta. Ramiro  se acerca a ella.

--Te vas?

Pero a diferencia de la otra vez María lo ve tranquilo. En realidad Ramiro  ya no tiene interés en que María se quede.

--¿tengo otra opción?

Maria hace la maleta y le duele que Ramiro  pase de ella.

--si necesitas algo... ya sabes donde estoy --le dice con indiferencia.

Muy dolida Maria dice:

--finalmente ella ganó... Me dejas por ella...

--Eres tú la que te vas.

María tiene esperanzas que él no la deje ir:

--¿quieres que me quede?

Él no dice nada y ella se da cuenta que ya no tiene sentido que se quede con ella. 

--la culpa es mía... siempre supe que no me quieres pero yo me quise aferrar a una mentira...

María se va llorosa. Ramiro  se queda sentado en la cama muy aturdido. Víctor  se acerca a él.

--¿y ahora?¿qué le pasó a María?

Ramiro  resopla:

--Mercedes se está instalando en la casa... tiene una hija... dice que mía...

Víctor  se lleva las manos a la cabeza. En ese momento lo único que le importa es que por suerte él no se acostó con ella. Él rencor con su amigo se acabó. Le pone las manos en los hombros muy fraternalmente:

--¿y qué vas a hacer?

Ramiro  lo mira confundido. Mueve los hombros en señal que no tiene ni idea.


Ramiro  se queda un buen rato en el cuarto. Cuando sale ya Mercedes está ocupando el cuarto que fuera de Manuela. Tiene hasta una cuna que uno de los ocupantes de la casa ha encontrado en el contenedor de basura más próximo. Germán mira a la bebita hechizado.

--es idéntica a la abuela... No hay duda que es nuestra sangre.,.. --dice Germán.

Ramiro  se queda en la puerta. No se atreve a entrar. Le tranquiliza la seguridad de su primo pero por otro lado le asusta que efectivamente esa bebita sea suya. Mercedes está feliz. Está de nuevo en esa casa y ahora como madre de la hija de Ramiro. Le da pena ver a Germán con su hija sintiendo que es suya pero sin saber. No quiere sentir culpa. Mira a Germán, a la pequeña.

--Olivia olvidará... podrá tener más hijos... --dice Mercedes para sí-- Yo no... 

Siente que esa niña es un regalo del cielo y que es su pasaporte a la felicidad con Ramiro :

--el cielo está de mi lado, por eso todo me salió tan bien --va pensando..

Mercedes piensa en el deseo de Manuela de tener bisnietos de ella y Ramiro .

--me la mandó ella... ella vela por mi desde el cielo...

Germán no saldría de ese cuarto.  

--¿no tienes hambre?

--No, no... Estoy cansada...

--bueno... yo veré donde me acuesto...

Germán le da un beso en la mejilla. Besa a la pequeña y se va. Ramiro  no tarda en entrar. Mira a Mercedes con cierta timidez. Está nerviosa. Mercedes lo mira con intensidad.

--y ahora tú?

--María me dejó... soy solo para ti...

Ramiro  sonríe pícaro. Mercedes siente ganas de gritar lo feliz que es. Quiere jugar bien sus cartas.

--No te exijo nada... Ni que reconozcas a mi hija... sólo un hueco en su vida...

Eso lo tranquiliza a él.

--estoy contigo... No te prometo nada...

Mercedes tiene ganas de besarlo. De abrazarlo pero quiere esperar a ver que hace él. Ramiro  ve en la mesita de noche la foto que su abuela guardaba con tanto cariño:

--y esa foto...?

--me la dio tu abuela...

--ella supo de tu hija...?

--no, no tuvo tiempo pero habría sido muy feliz.

--no lo dudo.

Ramiro  se empieza a desnudar ante la atenta mirada de Mercedes. La mira excitada y finalmente dice:

--te he echado de menos...

Mercedes se funde en sus brazos:

--te amo... te amo...

Hacen el amor con calma, en silencio. Luego lo tiene toda la noche para él. Apoya su cabeza en el pecho de él. Su sueño se ha hecho realidad.

--soy tan feliz... soy tan feliz...

A Ramiro  le gusta la dependencia que Mercedes siente por él, lo gusta sentirse tan amado.


3 meses después... Germán y Víctor  están en boxers. Desde que comparten cuarto los dos se llevan mejor. Carlos está contento porque Jordi ha ido a verlo. De vez en cuando acude a la casa para divertirse un rato. Germán y Víctor  se miran con complicidad mientras los dos amantes se desnudan.

--tu amigo sí que tiene suerte... él siempre tiene algo para comer porque lo que es tú y yo --dice Víctor  con ironía.

Germán sonríe. Carlos y Jordi se van besando y cayendo en la cama. Germán apaga la luz y cada uno se retira en su cama.


 Al día siguiente. Los chicos se están duchando juntos. Carlos, Jordi, Germán, Víctor  y Ramiro .  Los cinco desnudos compartiendo ducha y bromas. Los chicos van saliendo en boxers. Justo en la puerta del baño Jordi se encuentra con Mercedes que va con el biberón.

--¿¿Emilio? ¿¿qué haces aquí?

Mercedes mira a Jordi. Siente que su felicidad se ha hecho añicos.

--No sé de que me habla... --Mercedes temblando.

Mercedes se va a ir al cuarto pero Jordi no la deje ir. Le duele verla convertida en mujer.

--Así que finalmente te operaste... Eres una mujer como siempre quisiste...

A Mercedes le duele la mirada de horror de Ramiro .





capitulo 26





Ramiro  se ha quedado en shock al saber que tiene una hija con Mercedes. Ella está derretida por el look más agresivo de él.

--no nos deja pasar a tu hija y a mí? --pregunta Mercedes.

Él les deja paso. Se quedan en la entrada.  La bebita duerme en los brazos de esa mujer que se presenta como su madre. Ramiro  no deja de mirarlas. Se acaricia la cabeza. Mercedes se acerca a él:

--no quieres tomar en brazos a tu hija?

Es en ese momento cuando él reacciona:

--mi hija... esta bebé... ¿¿mi hija?

Habla muy nervioso, se lleva mucho las manos a la cabeza. Con una sonrisa Mercedes dice:

--pues sí ya ves... no esperaba salir embarazada pero pasó...

--¡no puedes venir después de tanto tiempo con una historia como esta¡ --dice él desesperado.

Mercedes habla muy tranquila y siempre mostrando a la pequeña. Está segura que tiene las de ganar.

--no pasó tanto tiempo... apenas 8 meses... el tiempo justo... Dejé esta casa embarazada de ti...

--y porque no me lo dijiste? --él angustiado no quiere creer que sea verdad.

--me echaste y de noche...

--¡¡pero un hijo es un hijo...¡¡ --él muy alterado.

Mercedes se hace la mártir, la bondadosa:

--fue por no preocuparte, no quería  que dijeras que lo dice para retenerte... No tenía pensando decírtelo...

Ramiro  no sale de su asombro:

--¡¡me lo ibas a ocultar para siempre¡¡?

--fuiste muy especial para mí pero no quería atarte a mi vida...

--¿y qué cambió? --con ironía.

Mostrándole a la bebita dice con emoción:

--Manuelita pasó... Me la mandó tu abuela... Ella quería que estuviéramos juntos...

Mercedes acerca la pequeña a Ramiro  para que la toque pero éste se mantiene frío. Con una hija de él Mercedes puede al fin decir lo que tenía tragado:

--me enamoré de ti... quería tanto verte...

Ramiro  tiene el rostro desencajado por la sorpresa. No sabe bien sí se le hace más extraño la idea de que es papá o la declaración de amor de Mercedes. Ve amor, dolor en la mirada de ella y es algo que lo conmueve.

--¡¡no me puedes amar...¡ ¡¡no pasó nada entre nosotros...¡

Mercedes besa a la bebita:

--me diste una hija y eso sólo puede ser fruto del amor más hermoso y puro.

Ramiro  se lleva las manos a la cabeza:

--fue sexo, Mercedes...

Mercedes lo mira enamorada. Ramiro  siente ese amor y le desconcierta. No puede entender como esa mujer tan lujuriosa que le hizo vivir el sexo como ninguna otra se pudo enamorar de él.

--No sabes lo que une a una mujer sentir en el vientre como crece la semilla de un hombre... un hombre que te gusta... Tú sabes que a mí me gustabas mucho... Era imposible no amarte llevándote tan a dentro...

Ramiro  está desconcertado. Se calla por unos segundos. Mercedes lo mira a los ojos. Esos ojos, ese rostro que la enamoró. Por un momento Mercedes piensa en Emilio, en ese chico que quedó hechizado por Ramiro , que disfrutó estando a su lado en el lavabo. Y ahora es Mercedes, una mujer que lo amó, una mujer que tiene un brazos una hija con la sangre de él y que está hablando con el gran amor de su vida. Ramiro  no sabe qué decir. Finalmente rompe el silencio con un ahogado: 

--¿¿¡pero no te cuidabas?¡ ¿¿¿como no te cuidabas?¡¡

Él habla muy alterado. Ella no. Ella está calmada. La mirada de él la llena de calma.

--sí me cuidaba --miente ella-- pero ya te lo digo... me la mandó tu abuela... Yo no esperaba ser madre pero esta bebita que lleva tu sangre (en eso no miente) es lo mejor que me ha pasado. 

La mirada enamorada de ella, la felicidad que siente por ser madre a él lo impacta. Le gusta sentirse querido.

--ahora yo quiero que mi hija conozca a su padre... --dice ella.

--y como sé que es mi hija...? --pregunta él desconcertado.

Ella le habla con calma. Sin enojos:

--No te estoy reclamando nada... Sólo me gustaría un lugar donde dormir... hasta que consiga algo... No tengo donde ir, te juro que no te pido nada... 

Ramiro  no dice nada. En ese momento baja Germán. Se sorprende por lo que ve. No le gusta ver a Mercedes pero esa bebita que duerme en los brazos de Mercedes le da paz y hace que se olvide de todo. De entrada a ella le da miedo que Germán descubra que es su hija. Luego se da cuenta que es una arma a su favor. Germán mira a esa pequeña, la acaricia la besa y no lo duda:

--¿es la hija de ustedes?

Ramiro  no sabe que decir:

--bueno, yo...

Mercedes no pierde la oportunidad:

--Sí, es nuestra hija... No quise que Ramiro  lo supiera por miedo a que me rechazara pero he comprendido que no se puede alejar a su hija del padre...

Ramiro  no dice nada. No tiene palabras. Germán está impresionado con la pequeña:

--la puedo agarrar...?

--Si claro...

Mercedes deja a la bebita en brazos de Germán. El hombre llora de emoción y mira a su primo.

--¡¡Es tu hija... Es tu hija...¡¡¡ --dice Germán muy contento a su triste primo.

Y besa a la pequeña a la que habla con mucho amor:

--soy tu tío... te voy a querer mucho...

Mercedes y Germán hablan como si Ramiro  no existiera.

--como se llama?

--Manuela.

--te vas a quedar en esta casa, no?

Ramiro  balbucea un no sé. Mercedes dice:

--no tengo donde ir pero eso depende de Ramiro ... no quiero molestar...

--Yo te dejo la habitación... Así podrás vivir bien con tu hija... Es la habitación de mi abuela... Nadie quiso compartirlo conmigo... No tengo buen carácter... --Germán.

--¿y tú donde vas a dormir?

--No sé... eso depende de Ramiro ...

Mercedes está feliz por lo bien que está saliendo todo.  Ramiro  está muy desconcertado pero Mercedes está segura que Germán es ahora su aliado.

--le toca el biberón a la niña... ¿puedo ir a la cocina a preparárselo?

--si claro... ¿no le das el pecho? --Germán.

--No... el médico me dijo que no era buena mi leche para la bebita...

--te acompaño a la cocina...

--No, quédate con mi hija...

Y mira a Ramiro .

 --los dejo a solas para que hablen y que se vayan conociendo padre e hija...

Mercedes no piensa bien lo que hace. Actúa sobre la marcha y como todo le sale tan bien pues está segura que un ángel guía sus pasos. Ramiro  mira desconcertado a la bebita y a su primo que es quien la carga:

--¿crees que es mi hija?

Germán casi se escandaliza:

--¡claro que sí...¡ ¡¡tiene los ojos de la abuela...¡ ¡¡Mírala...¡

Ramiro  mira a esa pequeña tratando de sentir cariño por ella pero no puede. No puede sentir el mismo entusiasmado con la pequeña que Germán que está encantado.

--es tu hija, no lo dudes...

Ramiro  no sabe qué decir.

--ven tómala en brazos... Tienes que sentir a tu hija... --Germán.

Ramiro  agarra a la pequeña en brazos algo torpemente y con miedo. Germán está en todo momento al pendiente de la pequeña, de la cabeza, que no se le caiga. Ramiro  se siente muy extraño. No la puede sentir como suya. No comparte la alegría de Germán.